Le Figaro: dos siglos de periodismo

- Vilma Fuentes - Saturday, 13 Dec 2025 21:38 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Tras dos siglos de existencia del periódico francés Le Figaro, se realizará una publicación, Le Figaro Hors-serie para celebrar el acontecimiento y reunir buena parte de las muchas dificultades y alcances que ha tenido el diario. Este artículo describe algunos de ellos.

 

Le Figaro es el periódico francés de aparición diaria más antiguo con sus doscientos años de existencia. Para comenzar las celebraciones de esta proeza, Étienne de Montety, director del suplemento Le Figaro Littéraire, se sumergió en los archivos del diario con el objeto de trazar la larga existencia de esta publicación, auxiliado por Cyril Drouhet, responsable de la iconografía y de la documentación. De esta saga única en Francia será publicado un Figaro Hors-serie, al cual se tendrá acceso durante las festividades que se llevarán a cabo en el Grand Palais de París en enero próximo.

En esta publicación fuera de serie, se tendrá la oportunidad de leer una suma de informaciones que dan un fresco de cada época transcurrida durante los últimos dos siglos. Tan agudas y sabrosas como las réplicas de Beaumarchais, los retratos se suceden en Le Figaro, 200 ans de liberté. Imágenes como la de Maurice Alboy, quien lanzó la aventura en 1826 con Etienne Arago, y distribuía él mismo en las calles, trepado en su convertible, el semanal entonces dedicado a las artes.

“Lo que puedo decir, en primer lugar, es que Le Figaro es un milagro ‒observa Etienne de Montety‒. Habría podido desaparecer en muchas ocasiones, debido a razones económicas en sus inicios, a causa de la megalomanía de su patrón François Coty, como durante la Ocupación después de la invasión nazi de la zona libre.” Sin embargo, debe señalarse que los períodos prósperos tampoco faltaron. Bajo la influencia, por ejemplo, de Hippolyte de Villemessant, quien hizo ingresar la publicación en una nueva era en 1854. “Se puede constatar hasta qué punto Le Figaro nunca se ha visto supeditado al poder”, subraya Cyril Drouhet. Algunos artículos resaltan el éxito del trabajo de los redactores, en ocasiones celebridades invitadas a colaborar en el diario. Por ejemplo, el requisitorio J’accuse de Emile Zola titulado Pour les juifs.

En junio de 1940, aunque reducido a una página, el diario sigue apareciendo en la ciudad de Tours, a iniciativa de Jacques de Coquet. En Burdeos, con sólo dos o cuatro páginas. Aunque limitado a la zona sur de Francia, su tiraje alcanza los 30 mil ejemplares. Sigue el éxodo y nueva dirección en Clermont Ferrand. El 13 de agosto, su director Pierre Brisson se evade de una prisión nazi. Decide transferir la redacción a Lyon. El título no abdica a pesar de la censura. Se acentúan las medidas de retorsión como la prohibición del número correspondiente al 25 de agosto. Se publican, entonces, simples comunicados en materia de política interior o internacional. “No hay que leer Le Figaro por lo que dice. Debe leerse por lo que no dice”, resume Wladimir d’Ormesson, pesadilla de los alemanes. Lo que no impide a François Mauriac firmar un editorial titulado “Francia en célula”. Hitler declara a Darlan: “Ustedes toleran en zona libre semilleros de resistencia y el peor es Le Figaro.” La situación se vuelve intolerable: el 11 de noviembre, Pierre Brisson anuncia el paro de la aparición. El eclipse durará diecinueve meses. Pero el diario continuará con éxito su vida.

Es notable por su perspicacia el reportaje de Jean-Paul Sartre en Estados Unidos en 1945, donde, con un estilo directo, escribe: “Se me había dicho: ‘Si usted no es ciudadano de los Estados Unidos, no aborde el problema negro; corre el riesgo de herir a sus interlocutores a causa de reflexiones que usted cree inocentes; y luego, incluso si hace prueba de tacto, dará la impresión de inmiscuirse, sin ser invitado, en una querella de familia.” Personalidades tan variadas como el modista Christian Dior o el caricaturista Jacques Faizant colaboran en el diario o en las revistas (Le Figaro Magazine, Le Figaro Madame y Le Figaro TV), suplementos que se distribuyen con el diario los fines de semana.

En efecto, en octubre de 1978, Robert Hersant, entonces director del periódico, quien espera hacer soñar a los franceses, lanza Le Figaro Magazine, hebdomadario dirigido hacia la lucha de ideas, pero también hacia el arte de vivir y la evasión. El éxito es inmediato. Las series de aventuras temerarias rivalizan con la imaginación, arrastrando los lectores a territorios insospechables. Un joven llamado Sylvain Tesson perpetúa la tradición. Sin temor alguno, recorre 6 mil kilómetros a pie tras las huellas de “los evadidos del gulag”. Su diario, un modelo de poesía, es publicado en Le Figaro Magazine. El año siguiente, 2011, es reconocido con el Premio Médicis de ensayo.

Las imágenes de personajes caricaturizados por Jaques Faizant, a la vez mordaces y corteses, se vuelven familiares. En particular, su Marianne (encarnación femenina de Francia). Conmovieron sus lágrimas vertidas sobre un gran roble caído al día siguiente de la muerte del general De Gaulle.

Leer las páginas de Le Figaro y de sus revistas es criticable por adversarios que califican a sus lectores de derechistas y reaccionarios. En realidad, es una lectura que provoca la reflexión y también divierte, gracias a un tinte de humor del color que usted quiera l

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