Cocodrilos,
Cocodrilos, de la mexicana Magali Velasco, tiene el aliento de una novela negra en el contexto social de las últimas décadas en la vida pública con repercusiones en la vida privada de los personajes, tal y como se muestra en las motivaciones y en las circunstancias de cada uno. La trama narra la historia trágica y desesperante de algunas madres residentes de Colinas de Santa Fe, una localidad cercana al Puerto de Veracruz, en la búsqueda de sus hijos desaparecidos, aunque esa búsqueda ya lleva tiempo al inicio del libro, mientras crece la desesperanza entre ellas; pero también y tal vez de manera paradójica, mientras se mantiene la convicción de encontrar a sus hijos algún día, a pesar de las dificultades burocráticas, periciales y administrativas.
Magali Velasco recrea la mirada y la lente del fotoperiodista Santiago Becerril, el protagonista, parte de las peculiaridades de este trabajo: mirar la realidad a través de un fotoperiodismo serio y comprometido con la sociedad para develar los excesos del poder en México en ciertas élites políticas. Parte de la propuesta narrativa de la autora es retratar el entramado político en Veracruz entre 2006 y 2012 a partir de un ejercicio literario pleno y sin concesiones, tanto como sus efectos aborrecibles desde una perspectiva sensible. A lo largo de esta novela, Velasco acerca al lector a algunos escenarios característicos de esa región en ese período: las fosas clandestinas, la labor de padres y madres para encontrar a sus hijos, las protestas contra el gobierno, la temible experiencia de una desaparición y de la muerte.
El conflicto adquiere dimensiones humanas de gran calado tras el homicidio de la profesora y periodista Amanda González, a partir del cual su mejor alumno, Santiago, toma la decisión valiente de llevar a cabo una investigación periodística, con el propósito de identificar a los autores del atentado fatal. Gracias a su habilidad técnica, llega el lugar donde se encuentran muchos de los cuerpos de mujeres desaparecidas en Colinas de Santa Fe, Veracruz. Ahí la violencia y las desapariciones ya son la dinámica del día a día en medio del asombro de Santiago en su trayectoria profesional. Mención especial merece el trazo psicológico de Daniela, uno de los personajes, una arqueóloga submarina pendiente de la aparición de cadáveres, un tema importante al ir más allá del universo narrativo del libro.
Cocodrilos obtuvo el Premio Filiberto a la mejor novela negra publicada en 2024. Uno de sus propósitos es reconstruir la interioridad de los personajes para dar cuenta del impacto y de sus cambios emocionales, resultado de las desapariciones en Veracruz a principios del siglo XXI. Esos cambios emocionales se registran con meticulosidad página tras página, en los hábitos sociales en un intento por entender los efectos irremediables en la vida privada de los habitantes de Veracruz y, en el mismo sentido, en un esfuerzo por desmenuzar las secuelas sentimentales y psicológicas de esas situaciones en la arena pública en los años por venir, porque la violencia en México siempre tiene consecuencias sensibles y humanas, componentes fundamentales de la apuesta de Magali Velasco en su libro l