Cinexcusas

- Luis Tovar | @luistovars - Sunday, 26 Oct 2025 06:22 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Morelia 23 (II de IV)

 

De menos a más en opinión de este juntapalabras, estas son algunas de las películas internacionales exhibidas en el FICM23.

Lo que la estupenda y mayoritariamente bienquerida Juliette Binoche tiene de contenida, mesurada y eficaz a la hora de actuar, demostró tenerlo de incontinente, desmesurada e ineficaz a la hora de dirigir In-I: In Motion (Francia, 2025), su sorpresiva e inopinada ópera prima, en la cual le sorraja a un público desavisado y positivamente predispuesto porque ella es ella, casi dos horas y media en las cuales registra, primero, los ensayos y preparación de un montaje dancístico suyo y del célebre bailarín Akram Khan, y segundo, el propio montaje, pero la primera parte es taaan larga y redundante que desemboca en un tedio del que no se salvan, al parecer, sino Binoche y Khan. No por nada se avisó, previo a la exhibición en Morelia, que era la última vez que pasaban la película antes de tumbarle media hora
de pietaje.

Igualmente bienamado por millones de personas en todo el mundo y, por lo tanto, equívocamente disculpado a priori de sus insistencias, repeticiones y limitaciones como realizador –que las tiene, por más que aquellas hordas le nieguen el humano derecho a tenerlas–, Guillermo del Toro presentó su confeso sueño de toda la vida: un Frankenstein (Estados Unidos, 2025) que pudo haber sido, por fin en la filmografía de todos los tiempos, el primero en serle de veras fiel al texto jamás necesitado de adendas y/o enmiendas de Mary Shelley, sólo que… pues es Guillermo del Toro y, como era de esperarse, confeccionó un muy costoso e hiperproducido dromedario, visualmente muy espectacular y tildado de pe a pa por la única progresión dramática que le sale a Hollywood, eso sí, a la medida del casi único cuento que Del Toro sabe contar –la dama enamorada del monstruo, a saber–, aderezado con una que otra autorreferencia cuasi autohomenajeante o sin el cuasi, más una que otra pifia argumental, de su cosecha, verbigracia hacer de la criatura del doctor Frankenstein una suerte de Supermán, y además guapo, para colmo
de males.

A Park Chan-Wook, otro cineasta internacionalmente bienquerido, ya no le va tan bien como endenantes con las audiencias; así se desprende de la exhibición sin gloria cual ninguna de Eojjeol suga eopda (Corea del Sur, 2025), traducida libremente aquí como No había de otra –en inglés le pusieron No Other Choice–, la historia en clave semicomicotrágica del gerente desempleado de una enorme empresa papelera que, para conseguir un nuevo trabajo, decide eliminar a todos sus potenciales oponentes. Lo que pudo –o quiso– ser una alegoría del peligro real que se cierne sobre millones de trabajadores ante la imparable robotización del trabajo, acabó convertido en una comedia más bien floja de a ratos, cuya excesiva duración no le ayudó en absoluto sino, diría el clásico, todo
lo contrario.

Bastante mejor le fue al no menos apreciado Paolo Sorrentino con La grazia (Italia, 2025), en la que un memorable Toni Servillo interpreta a un ficticio presidente italiano a pocas semanas de concluir su mandato, y que por esa razón enfrenta varios dilemas: uno, firmar o no firmar un decreto de ley que despenalizaría el aborto –en Italia, es decir, donde el peso del catolicismo resulta insoslayable, en tiempos inimaginables en los que el Papa es negro, fuma mota y anda en moto–; dos, elegir entre dos candidatos al indulto, hombre y mujer, cuyos crímenes por perdonar determinarían mucho de la percepción última que se tenga de él como mandatario, máxime que uno de los presidiarios tiene vínculo con el político del que se habla a continuación; tres, darle o no su apoyo a dicho político, viejo amigo suyo, más bien ambicioso, que ansía sucederlo en el puesto; y cuatro, pero no menos importante, qué hará él de su vida cuando por fin se jubile no sólo de la presidencia sino del ámbito público-político. Fino en la ironía, Sorrentino muestra un flanco inesperado de los muchos rostros del poder (Continuará.)

 

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