25 años de Maná, museo de la Biblia / Entrevista con Cristian Gómez Macías

- Carlos Martínez García - Monday, 20 Oct 2025 07:57 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Un libro que es el ‘Libro de los libros’, la Biblia, tiene una larga y accidentada historia debido en mucho a su trascendencia en la cultura occidental. Responder a las preguntas ¿hay muchas biblias?, ¿cómo se puede saber cuál es la buena?, ¿la Biblia ha sido tergiversada?, ¿podemos saber lo que decía originalmente? es la función y propósito del Museo de la Biblia, motivo de esta entrevista.

 

Cuán desnudas estarían las paredes de nuestros museos despojadas de las obras de arte que ilustran, interpretan o aluden a temas bíblicos. Cuánto silencio habría en nuestra música occidental, desde el canto gregoriano hasta Bach, desde Haendel hasta Stravinski y Britten, si suprimiéramos las versiones de textos bíblicos, las dramatizaciones y los motivos. Lo mismo vale para la literatura occidental. Nuestra poesía, nuestro drama, nuestra ficción serían irreconocibles si omitiésemos la continua presencia
de la Biblia.

George Steiner, Un prefacio a la Biblia Hebrea

Es entendible lo de Museo de la Biblia, pero, ¿por qué Maná?

–Fundada en 2000, con una colección de cien biblias, la asociación civil presenta exposiciones itinerantes y administra el Museo y sus campus. El nombre Maná deriva de las palabras hebreas man y hu, lo que junto significa ¿qué es esto?, de un relato bíblico del libro del Éxodo acerca de la peregrinación de los hebreos por el desierto. Ellos habrían sido alimentados con pan enviado del cielo.

–¿Cuántas piezas, entre libros y otros objetos, componen el acervo de Maná?

–Hoy Maná cuenta con más de 3 mil biblias diferentes: facsímiles de la Biblia del Oso, la Biblia del Cántaro y la Biblia de Ginebra; la primera traducción católica al español, de 1790, y la primera impresa en América, en 1831 de veinticinco tomos; folios cuasi originales de la Biblia Hebraica del Escorial, la Biblia de San Luis y de la de Gutenberg, ejemplares en hebreo y griego, ediciones con aparato crítico. Versiones antiguas en arameo, armenio, latín, siríaco. Tenemos obras de la patrística y facsimilares medievales. El acervo incluye biblias del Renacimiento, la Reforma y la Colonia, distintas traducciones al español, y a muchos idiomas. Nuestra biblioteca de teología, filosofía y disciplinas relacionadas con el estudio bíblico contiene 12 mil volúmenes y una sección de acervo musical sacro.

–Traducciones del siglo IV, como la de Jerónimo de Estridón, y la edición del Nuevo Testamento
en griego por Erasmo de Rotterdam en el siglo XVI, fueron hitos con grandes repercusiones, ¿posee Maná facsimilares o alguna edición de tales obras?

–Tenemos algunas ediciones muy antiguas de la Vulgata y de ediciones griegas, y también facsimilares; además, versiones críticas modernas de ambos trabajos. En el año 383, Jerónimo inició una traducción que hoy se conoce como la Vulgata Latina, la que, a través de la Edad Media, fue corregida y ampliamente copiada. Fue el primer gran libro impreso entre 1452-56 por Johannes Gutenberg, llamada también Biblia de 42 líneas.

La primera obra impresa del Nuevo Testamento en griego fue la edición de Erasmo de Rotterdam (1516), Llamado Novum Instrumentum, era una edición bilingüe en griego y su traducción latina diferente a la Vulgata. Fue la base textual de las traducciones a lenguas modernas, de él tradujo Lutero, al alemán; Casiodoro de Reina al castellano; y Tyndale al inglés.

–Contraviniendo las ordenanzas del Concilio de Trento, Casiodoro de Reina tradujo la Biblia al español, la conocida como Biblia del Oso. Explica por favor tal nombre y pormenores del personaje y su traducción.

–Casiodoro estaba incluido en el Índice de libros prohibidos de 1551 como “autor de primera clase, dogmatizador, hereje máximo”. Tras doce años de trabajo, entre pobreza, traiciones, enfermedades, huyendo constantemente, pérdida de dinero con el primer impresor, finalmente en septiembre de 1569, en Basilea, veía la luz por primera vez el texto completo de la Biblia en castellano. Se conoce como Biblia del Oso por el emblema tipográfico en el que aparece un oso comiendo la miel del hueco de un árbol. Es una feliz coincidencia con el Salmo 119:103: “La Palabra divina es más dulce que la miel.” Según alguno(a)s especialistas, en el grabado las abejas son los traductores, el árbol truncado
es la España bajo la destrucción que hace la Contrarreforma (el mazo), las arañas, moscas y pájaros, aquellos que se oponen a la traducción; el oso es el creyente que busca y saborea la miel; y el libro al pie del árbol es la traducción bíblica con la frase en hebreo y castellano “La palabra del Dios nuestro permanece para siempre”.

–Algunos escritores mexicanos han considerado el gran valor literario de la traducción de Reina ¿Cuáles son las características literarias resaltables de la Biblia del Oso?

–Treinta y seis años anterior al Quijote, no menos bella pero más desconocida en tanto que fue proscrita; sin embargo, su belleza literaria ha sido elogiada por Sergio Pitol, Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco, Jaime Sabines, Octavio Paz y David Toscana. Monsiváis en varias ocasiones dejó constancia sobre que la Biblia traducida por Casiodoro de Reina fue central en su formación intelectual. El gran filólogo y traductor Antonio Alatorre, en Los 1001 un años de la lengua española, resalta la que llama “hermosa traducción de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, protestantes españoles del siglo XVI”, y lamenta que la misma haya sido prohibida por el imperio español. José Emilio Pacheco, a quien en su juventud Carlos Monsiváis le obsequió la Biblia Reina-Valera, consideraba a ésta “una obra maestra del Siglo de Oro a la que nunca se toma en cuenta como parte esencial de la gran literatura española”.

–Una frase que acompaña las exposiciones de Maná es que la Biblia representa al “libro más leído, traducido y perseguido”; por favor desglosa la frase.

–La Inquisición episcopal fue establecida en 1184 mediante una bula del papa Lucio III que se tituló Ad abolendam; el objetivo era acabar con la herejía cátara y contra los cristianos valdenses y para ello se prohibieron las traducciones. La Inquisición real, que sería especial para España, se implantó en la Corona de Castilla en 1478 por la bula del papa Sixto IV Exigit sincerae devotionis, con la finalidad de combatir las prácticas judaizantes de los judeoconversos de Sevilla. La Inquisición romana fue creada en 1542, ante la amenaza del protestantismo, por el papa Paulo III. La censura de biblias del Índice de 1551 de la Inquisición española prohibió “La Biblia en el Romance castellano o cualquier otra lengua vulgar”. Fue reeditado en 1559 y promulgado, a petición del Concilio de Trento, por el papa Pío IV el 24 de marzo de 1564; luego por el inquisidor Valdés en 1583. En 1569 fue creado el Tribunal en el Virreinato de la Nueva España, para que no llegara al Nuevo Mundo la contaminación de la herejía. En 1554, Alonso de Montúfar, segundo arzobispo de esta tierra, prohibió las traducciones de la Biblia; posteriormente, también Pedro Moya de Contreras, primer inquisidor, en su edicto “Contra la herética pravedad y apostasía en la Gran Ciudad de Tenoxtitlán, México y su Arzobispado.”

–De las muchas exposiciones realizadas por Maná, ¿cuál es la más amplia, por las piezas exhibidas y el período que abarca?

–Durante estos veinticinco años, la exposición Del papiro a la computadora: la Biblia, más de cuatro mil años de historia, ha sido expuesta en más de 140 lugares que incluyen facultades de la UNAM, UAM, IPN, Universidad Iberoamericana, Autónoma de Tabasco y Autónoma del Estado de México, BUAP, Colegio de México, estaciones del Metro, museos, escuelas, parroquias y seminarios católicos, y templos evangélicos en Ciudad de México, Guadalajara, Tabasco, Veracruz, Zacatecas, Hidalgo, Puebla, Querétaro, Estado de México, Orlando, Chile, Colombia y El Salvador. Las exposiciones contestan a preguntas comunes, como: “¿hay muchas biblias?”, “¿cómo se puede saber cuál es la buena?”, “¿la Biblia ha sido tergiversada?”, “¿podemos saber lo que decía originalmente?”

La tarea del Museo es beneficiar a las personas por medio de la conservación, estudio, incremento y difusión de colecciones de biblias desde la perspectiva histórica y bibliográfica y divulgar, por los más diversos medios, la investigación en torno al Libro de los libros para que lo conozcan quienes desean incrementar su cultura y proveer mejores herramientas hermenéuticas, y especialmente cultivar la tolerancia, la pluralidad de ideas y el amor como vínculo humano y divino l

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