Cinexcusas

- Luis Tovar | @luistovars - Saturday, 04 Jan 2025 18:00 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Balance 2024 (III de IV)

 

No sólo anual sino sexenal y más aún, el balance del cine en México sigue siendo el mismo: aumentan los espacios para ver cine y las ganancias de quienes lo exhiben; permanece la disparidad en lo exhibido, con el cine estadunidense acaparando más del noventa por ciento del tiempopantalla; cuantitativamente, el cine mexicano se produce a niveles más que aceptables pero sigue sin tener un alcance digno de ser llamado masivo si se le compara con la competencia madeinusa; sólo relativamente se salva aquel creado bajo los criterios creativos aprendidos, bien o mal, del gringo predominante; aun si quienes lo producen podrían hacerlo todo por su cuenta, ese cine considerado comercial suele recurrir al Eficine, el estímulo fiscal, reduciendo las posibilidades de ese otro cine cuya intención fundamental no necesariamente es la de producir ganancias económicas... y al final, pero no menos importante, las condiciones están dadas para que todo siga esencialmente igual.

 

Los cómo para los qué

¿Qué será preferible: continuar como vamos o intentar un cambio radical? La intención de modificar la Ley de Cine, con lo que están de acuerdo tanto el gremio como las autoridades de los poderes Ejecutivo y Legislativo, si bien lo que pretende es naturalmente mejorar las condiciones del cine en México, sigue sin escapar a la lógica de la continuidad: que los apoyos sean suficientes, aunque por definición, como ya se apuntó, jamás serán considerados así, es un propósito tan viejo como el cine mismo; tampoco es nada nuevo el propósito de que los tiempos en pantalla fijados en dicha Ley sean respetados, para lo cual sería preciso darle dientes al reglamento aplicable, es decir, que los exhibidores sean sancionados en caso de incumplimiento; en caso de que la nueva Ley traiga colmillos, sucederá lo previsible: lluvia de amparos contra cualquier reforma sospechosa de reducir las ganancias de dichos exhibidores, con la esperanza de que las nuevas condiciones resultantes sean lo menos desfavorables que se pueda; en caso de perder los amparos, amenaza o aplicación real de aumento en los precios en taquilla como medida de presión; si todo lo anterior falla, simulación de cumplimiento o cumplimiento a medias si los cálculos indican que sale menos caro pagar multas que cambiar de actitud… Puede hacerse toda suerte de reformas legales pero si quienes producen, quienes distribuyen y quienes exhiben siguen la misma lógica de siempre, sin modificar las condiciones estructurales del fenómeno cinematográfico en su conjunto, nada cambiará.

El Gobierno Federal es el único integrante de dicho fenómeno que podría modificar, realmente de raíz, las reglas de este juego tan viciado e inercial, pero eso no sucederá tratando de mejorar las reglas, pues lo que falla no son éstas sino el juego en sí: año tras año se produce un cine condenado a la invisibilidad; año tras año la cifra de quienes lo producen aumenta y, con ello, la demanda de unos recursos necesariamente insuficientes; año tras año, en fin, se profundiza dicha distorsión, aunada a la otra ya tan añeja de un público indiferente que desconoce los esfuerzos y los resultados obtenidos por este Sísifo transanual y transexenal, y así puede seguir perséculaseculorum.

 

Los dónde para los quiénes

En plena tercera década del siglo XXI suena a historia del abuelo pero es el caso que, antes de la pesadilla neoliberal pripanista de los treinta y seis años que corren de 2018 hacia atrás, en la década de los ochenta y anteriores existió una entidad gubernamental llamada Cotsa: Compañía Operadora de Teatros, propietaria y administradora de una cadena de exhibición cinematográfica que, al ser “desincorporada” bajo la lógica según la cual el Estado no debía poseer ni administrar nada, dejó entera la cancha de la exhibición para que de ella se adueñara la iniciativa privada, con los resultados
a la vista. El cambio radical aludido líneas arriba sería por aquí. (Continuará.)

 

 

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