La flor de la palabra

- Irma Pineda Santiago - Sunday, 28 Apr 2024 11:27 Compartir en Facebook Compartir en Google Compartir en Whatsapp
Cómo contamos las cosas

 

Aprender a leer el mundo y a contar las cosas, desde la cosmovisión indígena, parece algo natural que se da per se en las familias y en los pueblos, pero es importante revisar la gran influencia que tiene el sistema escolar en la formación del pensamiento de las infancias y en su vinculación con el entorno. Aunque en las actuales leyes educativas se habla de que en las zonas indígenas se debe impartir una educación intercultural y bilingüe (en la lengua originaria de cada región), quienes conocemos la realidad de las comunidades sabemos que la desubicación lingüista de los profesores y la falta de libros y materiales en las distintas variantes de las lenguas mexicanas han dificultado este proceso. Incluso cuando llegan a existir algunos materiales, en la mayoría de los casos se elaboran traduciendo los contenidos, pensados y creados desde el español, a las lenguas locales, sin que permeen los conocimientos y saberes propios de las culturas.

Por fortuna existen profesores indígenas que se han preocupado por recuperar los saberes de las comunidades y trabajar con ellas, para educar a las infancias a partir de las raíces culturales y no solamente de los contenidos formales que imponen las escuelas, por lo que han buscado generar una educación comprometida con los pueblos y acorde a sus necesidades. Muchos de estos profesores están agrupados en la Coalición de Maestros y Promotores Indígenas de Oaxaca (CMPIO), que este año celebra su 50 aniversario, para lo cual ha realizado una serie de actividades, como conversatorios, donde se ha hecho el recuento histórico de las luchas campesinas, indígenas y populares que, junto a las necesidades educativas desde las lenguas y culturas propias, le dieron origen.

Asimismo, se han presentado algunos libros y materiales educativos creados por los mismos maestros y promotores de esta coalición, quienes desde hace décadas han generado nidos de lenguas en las comunidades indígenas como estrategia para recuperar y fortalecer los idiomas y conocimientos locales. Uno de estos libros es Kós'ín sixkiya tsajmì ya nanginá-Cómo “contamos” las cosas en nuestra comunidad, elaborado en lengua mazateca de Eloxochitlan de Flores Magón y en español, en el que el profesor Fortunato Morales Pastelín, con el aval de las familias escolares y del pueblo, además del apoyo de otras personas como revisores lingüistas y diseñadores, sistematizó las formas en las que los ancianos mazatecos cuentan y miden las cosas en el mundo, para acercar a las infancias a los sistemas propios de conteo, considerando no sólo el conocimiento de números o unidades de medida, sino también el simbolismo que tiene cada uno en la cosmovisión comunitaria.

En este libro niñas y niños pueden saber que el Uno representa las cosas importantes y únicas; uno es el mundo y hay sólo un padre sol. El Dos simboliza la dualidad y complementariedad, los opuestos que permiten el equilibrio en el mundo: el hombre y la mujer se complementan, si hay día debe existir la noche, si hay frío hay calor. El Tres se relaciona con las cosas que posibilitan la vida, los alimentos y bebidas: tres varas se colocan a la planta de café para adaptarla a la tierra, tres son las patas del metate y el molcajete, tres las piedras que sostienen el comal. De esta manera, los estudiantes aprenden a contar y, además, reconocen la profunda vinculación que cada número tiene con elementos de la vida material, mítica y espiritual, cuyo equilibrio es necesario para el buen vivir.

Elaborar esta clase de libros, además de documentar y sistematizar los saberes comunitarios, generar materiales didácticos y enseñar contenidos propios, nos acerca a la cosmovisión de los pueblos y contribuye a posicionar las lenguas y los sistemas de conteo frente a las formas de educación occidental que han pretendido negar y borrar el gran conocimiento que existe en las culturas originarias.

 

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