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Una cartografía cultural de Occidente

'Fragmentos como residencia', Sergio Raúl Arroyo, El Tucán de Virginia, México, 2023.
Maximiliano Cid del Prado

 

Escribe Gaston Bachelard en El aire y los sueños que en el reino de la imaginación “a toda inmanencia se le une una trascendencia” pues la ley misma de la expresión poética consiste en “rebasar el pensamiento”. De forma semejante la experiencia poética de Sergio Raúl Arroyo en Fragmentos como residencia se caracteriza por la reagrupación de elementos sintagmáticos en una búsqueda trascendente. En esta obra, los signos desempeñan el papel de representaciones simbólicas, expandiéndose y contrayéndose en un universo de significados. Fragmentos que experimentan desplazamientos y transformaciones en tanto anclajes de realidad que experimenta el autor. Formación de una individualidad desde el lenguaje por medio de veintiocho poemas-acepciones de una mente comprometida con la creación como forma interpretativa del mundo.

La poética fragmentaria de Arroyo busca articular un signo en medio del entramado simbólico. Transición hacia el sentido desde la paradoja: la escritura que desintegra su significado y en su no-acabamiento lo completa tiene su origen en las bases de la poesía moderna con Un coup de dés de Stéphane Mallarmé. Búsqueda concentrada en el lenguaje, en las “analogías secretas y resplandecientes”. Modelo de un género para una sensibilidad con un principio claro: la estética negativa de la fragmentación. Heredero de las vanguardias, producto de una ethos estético en donde el lenguaje se convierte en objeto, Arroyo erige la experimentación formal mesurada y el desplazamiento semántico del signo unívoco al polisémico como elementos fundamentales de su obra. El poeta se inserta en una veta única de la poesía mexicana: la ruptura estilística. Blanco de Octavio Paz y la tradición de la ruptura; Incurable de David Huerta y el neobarroco mexicano; Híkuri de José Vicente Anaya o la vanguardia rarámuri. Maestros de la “pérdida de la imagen del mundo”, en la que la “única palabra válida es el tal vez”, modelos todos del autor. La cartografía de Fragmentos como residencia abarca una línea temporal que va de la segunda mitad del siglo XIX con Marcel Schwob hasta nuestros días con el francés Pascal Quignar. En cuanto al territorio es netamente occidental con Estados Unidos al frente, seguido de Europa con Alemania y Francia, hasta México, Rusia y Cuba. La estructura que propone el texto es vital para que el lector pueda terminar de entender cada uno de los veintiocho poemas-personajes que el poemario introduce a manera de títulos, nombres propios y etiquetas semánticas que en el proceso de lectura se irán llenando de significado.

Los referentes culturales son esenciales para la comprensión y análisis de un texto, al proveer contextos históricos, sociales y culturales que impactan en su creación y recepción. El análisis de estos referentes en un poema facilita una comprensión más profunda y contextualizada, enriqueciendo la experiencia de lectura y la apreciación crítica de la obra. Francisco Chico Rico comenta en “La Ciencia Empírica de la Literatura en el marco actual de los estudios teórico-literarios” que tanto el significado como la literariedad en un texto no son características intrínsecas, sino que se derivan de la interpretación cognitiva realizada por el receptor. Según esta perspectiva, los textos no tienen significado por sí mismos; en cambio, son los participantes en la comunicación quienes les atribuyen significado en función de convenciones sociales, culturales y procesos cognitivos específicos durante la interacción comunicativa ¿Qué nos dice a los lectores hispanoamericanos del siglo XXI el panorama intelectual contemporáneo que nos ofrece Fragmentos como residencia? Las diversas contribuciones de Caillois, Benjamin, Lévi-Strauss, Toledo, Zappa y Lezama Lima, por ejemplo, amplían nuestra comprensión del arte, la literatura y la sociedad contemporánea. Cada figura contribuye con una perspectiva única que amplía nuestra comprensión del arte, la literatura y la sociedad contemporánea.

Charles Sanders Peirce considera que “los poemas verdaderos son argumentos”. Desde la perspectiva peirceana de la estética, el poema se encuentra compuesto por signos icónicos, lo que sitúa la metáfora poética dentro de la misma clasificación, para Anderson el proceso de abducción artística comienza con la intención de introducir una nueva cualidad emocional. El artista es visto como un creador de nuevas conexiones entre ideas que generan nuevas cualidades al objeto artístico, tal proceso sustenta la naturaleza metafórica de las obras de arte. Fragmentos como residencia participa de la metáfora poética o simbólica, en tanto proporciona la tarea más productiva de la imaginación y produce, con su indeterminación, el estado poético por excelencia. Los lectores encontrarán en cada fragmento una especie de “metáfora continuada” del personaje aludido, cada poema ofrece no una sugerencia de la verdad, sino aspectos de la verdad antes invisibles.

 

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